Buscar este blog

viernes, 26 de febrero de 2016

ESTERO DE LA PLAYA Y CONFESIONES DE UN BIBLIOTECARIO JUBILADO. gRABADOS

 
 
Por el estero voy de la playa sorbiéndome mis pensamientos hoy casé a una hija los terrenos están bañados por la marea ondas infinitas flujos y reflujos arrepentimiento que no cesa aquel puñetazo.
Soy un subalterno del odio y delas fichas numeradas, hombre sensible y poco practica metido en el infierno de los libros prohibidos un jubilado del cuerpo de archiveros y bibliotecarios que fue fundado en 1858 el mismo año que la Benemérita. En la Biblioteca Nacional está enterrada nuestra riqueza, yo creía pero los hechos me obligan a desdecirme de mis pensamientos. Nuestra cultura pisoteada por los vencedores no vale para nada.
Me batí en la esgrima de la erudición y del floreo, un deporte poco práctico que no deja dividendos. Transijo y me aguanto mis humores en viendo mis lares profanados y mi casa desolada.
Catálogos, repertorios, rotaprints, multicopistas. Durante la barbarie roja los milicianos usaron viejos códices e incunables como parapetos de defensa. La cultura no es más que una trinchera. Por eso al cruzar el umbral y delante del imafronte clásico, al dejar atrás la verja de hierro con los garitones en forma de lanzas siempre me santiguo. Genio y figura de España. No soy más que un pobre bibliotecario. Grabados, litografías codicilos. Aquí se plasma mi fe de vida inmersa en la tristeza y sabiduría de los mesetones de las salas de lectura donde pasa un ángel cada media hora como en la Piscina Probática
 
 
 
 
 
 

No hay comentarios: