DESPUÉS DE UCRANIA, CATALUÑA
Tres imágenes han conmovido mi
sensibilidad este verano del centenario de la “guerrona”. Uno fue el del rabino
subido a la carlinga de un tanque salmodiando y bendiciendo a las tropas antes
de que el ejército hebreo lanzase sus poderosos Mercabas y su artillería pesada
contra Gaza. Otra, la del avión holandés abatido sobre las tierras negras de
Slaviansk. Por último, la del honorables Jordi Pujol acusado de ladrón. Todos
los euros que le enviábamos los españoles al presidente de la Generalidad para
aplacar sus ansias separatistas guardabalos en un cajón y luego fajos de
billetes metidos en una bolsa de deportes tomaban el camino del exilio. Enviaba
sumas millonarias a Andorra y tenía cuentas en Suiza. El “molt honorable” sátrapa
de Ciu no era tan honorable pero desde mis solos, mis apliques, mis cuentos y
artículos ya habíamos advertido que don Jorge no era trigo limpio. Nos llegaron
recriminaciones insultos y amenazas y dicterios acusándonos de fascistas a los
que advertíamos la torpeza de estos políticos – se había dicho en Madrid que el
“caganet” porque por su fisonomía recordaba a esas figuritas que se colocan en
los nacimientos de Cataluña por navidad era todo un hombre de estado un
verdadero “stateman” un hombre de estado- trincones y con licencia para robar.
La baba adulatoria en nuestro país alcanza límites increíbles. Dale a la cometa
que vamos a un convite de catalanes. El antiguo médico generalista barcelonés
era amigo del rey Juan Carlos el cual, oliéndose la tostada, antes de abdicar
se aforó para impedir ser llevado a los tribunales. “Tranquilo, Jordi,
tranquilo” le insinuó el monarca en una llamada telefónica el 23F. El Borbón se
estaba oliendo la tostada. Tiene cuentas en Suiza y junto con Pujol es una de
las grandes fortunas europeas. ¿Adónde ha venido a parar esta democracia?
Desgraciadamente las escenas que se han podido presenciar este verano de 2014
edificios agujereados oír la metrallas, ciclistas alcanzados en plena calle,
multitud de mujeres y niños desplazados que abandonando sus hogares huían a
Rusia, a causa de la guerra entre rusófilos separatistas y ucranios, pueden
vivirse en Lérida, Gerona, Barcelona o Tarragona no tardando mucho. En Madrid
no lo quieren ver, cierran los ojos pero las secesiones siempre resultan
dolorosas y vierten mucho sangre principalmente de inocentes y de gente que
pasaba por allí porque los políticos se fugan todos a Suiza con el maletín.
Todo el mundo sabe que las barricadas de Kiev en una increíble ceremonia de
confusión fueron organizadas por el multimillonario Soros para provocar una
guerra en Ucrania el patio de atrás de Rusia. Objetivo: el trigo de las tierras
negras, el petróleo, el gas. Los nazi-zionistas conocen bien la aguja de
marear. El conflicto Ucrania les sirvió de pretexto para echar a rodar los
carros de combate sobre Gaza. Se empeñan en una nueva reconquista para la
reconstrucción del Eretz Israel. La economía, la política y la religión han ido
de la mano en este cruento verano. Pero ese dios al que invoca el rabino cubierta
la cabeza del paño de oración no es el dios justo clemente y amoroso padre al
que invocamos los cristianos sino el de la venganza el avasallamiento la muerte
el que surge en ese libro de hazañas bélicas que es el antiguo testamento. La
escena me ha llenado de dudas y de perplejidad porque ellos no se refieren al
Cristo que predicó el perdón y volver la otra mejilla sino al que truena en el
Sinaí. ¿Existe una relación entre el Padre y el Hijo? Antiguo y nuevo
testamento ¿lanzan mensajes incompatibles? A pesar de todo doy de lado a estos
escrúpulos blasfemos y me digo que la mentira, la maldad, el perjurio no pueden
medrar, no son creativos sino destructivos. Hay un venero invisible, un río
interior, que se mueve por debajo de la historia que hace avanzar al progreso y
lleva a la humanidad por la senda de la esperanza. Ese es el verdadero Israel
no el de los nazis-zionistas al que yo adoro y suplico, el de la paz, la
poesía, la belleza literaria. Estas dudas, tales anhelos junto con mi amor a
España a la que veo amenazada y casi destruida, me han movido a escribir a este
libro. Tendrá que pasar esta pesadilla. “Porque pasarán el cielo y la tierra
pero mi palabra no pasará”.
1-VIII-1014
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