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jueves, 25 de septiembre de 2025

 DESPUÉS DE UCRANIA, CATALUÑA

 

Tres imágenes han conmovido mi sensibilidad este verano del centenario de la “guerrona”. Uno fue el del rabino subido a la carlinga de un tanque salmodiando y bendiciendo a las tropas antes de que el ejército hebreo lanzase sus poderosos Mercabas y su artillería pesada contra Gaza. Otra, la del avión holandés abatido sobre las tierras negras de Slaviansk. Por último, la del honorables Jordi Pujol acusado de ladrón. Todos los euros que le enviábamos los españoles al presidente de la Generalidad para aplacar sus ansias separatistas guardabalos en un cajón y luego fajos de billetes metidos en una bolsa de deportes tomaban el camino del exilio. Enviaba sumas millonarias a Andorra y tenía cuentas en Suiza. El “molt honorable” sátrapa de Ciu no era tan honorable pero desde mis solos, mis apliques, mis cuentos y artículos ya habíamos advertido que don Jorge no era trigo limpio. Nos llegaron recriminaciones insultos y amenazas y dicterios acusándonos de fascistas a los que advertíamos la torpeza de estos políticos – se había dicho en Madrid que el “caganet” porque por su fisonomía recordaba a esas figuritas que se colocan en los nacimientos de Cataluña por navidad era todo un hombre de estado un verdadero “stateman” un hombre de estado- trincones y con licencia para robar. La baba adulatoria en nuestro país alcanza límites increíbles. Dale a la cometa que vamos a un convite de catalanes. El antiguo médico generalista barcelonés era amigo del rey Juan Carlos el cual, oliéndose la tostada, antes de abdicar se aforó para impedir ser llevado a los tribunales. “Tranquilo, Jordi, tranquilo” le insinuó el monarca en una llamada telefónica el 23F. El Borbón se estaba oliendo la tostada. Tiene cuentas en Suiza y junto con Pujol es una de las grandes fortunas europeas. ¿Adónde ha venido a parar esta democracia? Desgraciadamente las escenas que se han podido presenciar este verano de 2014 edificios agujereados oír la metrallas, ciclistas alcanzados en plena calle, multitud de mujeres y niños desplazados que abandonando sus hogares huían a Rusia, a causa de la guerra entre rusófilos separatistas y ucranios, pueden vivirse en Lérida, Gerona, Barcelona o Tarragona no tardando mucho. En Madrid no lo quieren ver, cierran los ojos pero las secesiones siempre resultan dolorosas y vierten mucho sangre principalmente de inocentes y de gente que pasaba por allí porque los políticos se fugan todos a Suiza con el maletín. Todo el mundo sabe que las barricadas de Kiev en una increíble ceremonia de confusión fueron organizadas por el multimillonario Soros para provocar una guerra en Ucrania el patio de atrás de Rusia. Objetivo: el trigo de las tierras negras, el petróleo, el gas. Los nazi-zionistas conocen bien la aguja de marear. El conflicto Ucrania les sirvió de pretexto para echar a rodar los carros de combate sobre Gaza. Se empeñan en una nueva reconquista para la reconstrucción del Eretz Israel. La economía, la política y la religión han ido de la mano en este cruento verano. Pero ese dios al que invoca el rabino cubierta la cabeza del paño de oración no es el dios justo clemente y amoroso padre al que invocamos los cristianos sino el de la venganza el avasallamiento la muerte el que surge en ese libro de hazañas bélicas que es el antiguo testamento. La escena me ha llenado de dudas y de perplejidad porque ellos no se refieren al Cristo que predicó el perdón y volver la otra mejilla sino al que truena en el Sinaí. ¿Existe una relación entre el Padre y el Hijo? Antiguo y nuevo testamento ¿lanzan mensajes incompatibles? A pesar de todo doy de lado a estos escrúpulos blasfemos y me digo que la mentira, la maldad, el perjurio no pueden medrar, no son creativos sino destructivos. Hay un venero invisible, un río interior, que se mueve por debajo de la historia que hace avanzar al progreso y lleva a la humanidad por la senda de la esperanza. Ese es el verdadero Israel no el de los nazis-zionistas al que yo adoro y suplico, el de la paz, la poesía, la belleza literaria. Estas dudas, tales anhelos junto con mi amor a España a la que veo amenazada y casi destruida, me han movido a escribir a este libro. Tendrá que pasar esta pesadilla. “Porque pasarán el cielo y la tierra pero mi palabra no pasará”.

 

1-VIII-1014

  

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