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jueves, 12 de junio de 2025

 EL ÚLTIMO SANTO DE LA CALLE LA BALLESTA

Antonio Parra

Mi amigo Manolo el del “Kiss” murió el 15 de agosto en extrañas circunstancias un eufemismo hoy muy al uso para esconder la pura realidad: me lo han matado. A las mentes se me vienen estrofas del viejo romance que de noche lo mataron al caballero la gala de Medina la flor de Olmedo. Era un tiarrón no demasiado alto pero de un plexo solar  que ya quisieran para sí los que hacen calistenias y maceran su cuerpo en los gimnasios. Duro como el pedernal con que trabajan los trilleros de Cantalejo. Se pasó la vida detrás de una barra peligrosa ayudando a gente albergando arrecogidas y a naufragos de la noche madrileña. Su vida fue un oasis en el desierto del desamor. Un santo laico verdaderamente. El último justo moraba en la calle de la Ballesta. Era uno de los últimos mesoneros de la tradición castellana, regentaba un pub en el distrito centro. Un superviviente de aquellos sesentas los años buenos la cordialidad en el corazón, siempre una palabra amiga. Elegí su establecimiento porque el bar de Madrid donde se podía beber más a gusto y estar más tranquilo incluso hasta altas horas de la madrugada. El barro de la calle de dudoso nombre no nos salpicó nunca las cejas ni nuestros zapatos se contaminaron de mierda a pesar de caminar entre el lodazal por donde ramblan caídas las magdalenas. Éramos  tres espíritus puros: él, “Fosforito” el legionario al que llamábamos el puertas y yo.

 Nunca hubo pub en el mundo donde aquellos que expulsados de todas las sinagogas de todas las iglesias de todos los coros pudiéramos libar nuestras tristezas y apurar el cáliz de la soledad del dolor. Era un tiarrón  cuadrado de poderosa cabeza. El medio en que se desenvolvía no le había corrompido. Si Manolo hubiera vivido en la edad media hubiese sido un caballero prevenido en frontera. Y la verdad es que tenía pinta de templario con su cruz reclinada a lo legionario sobre el vello pecholobo de la camisa entreabierta. Aunque nacido y criado en la calle Ave María provenía de una familia de tratantes de Cantalejo. Entendía la gacería una especie de jerga que se habla en aquel pueblo de avispados corremundos y donde el más tonto hace un cesto.

¿Qué hay paisano cómo lo llevas? Tirandillo. A ciertas edades uno se descarta de Venus y coquetea don Baco. Busco un lugar al sol para tender los trapos sucios de mi dipsomanía. Manolo sub tuum praesidium. Sí bajo tu protección nos colocamos. Ella velar, Virgen María. Yo creo que Manolo era el último santo que amaba al prójimo en el centro de una inmensa ciudad habitada por la hipocresía y los apriorismos asquerosos. En su rostro algo canalla pero insobornable y que nunca salpicó el vicio que lo rodeaba yo he visto escritas páginas del Evangelio. Ayer la luna de septiembre con su menguante falciforme cuando me dieron la noticia de su muerte me preguntaba : ¿Y tú qué hiciste con tus talentos? No los enterré en la arena, Señor. Y de lo más profundo de mi alma salió un Réquiem por Manolo mientras la Miramontes esa funcionaria  esbirra o esbirra funcionaria  me hace la señal del macho cabrío.  Eh tú a la puta calle. Eres laboral. No tienes papeles. No avasalles le recrimino a esta ninfa del cantón con las oposiciones ganadas y muy de comunión diaria. La gente va a lo bestia atropellando. Un moro cuando yo estaba en el Fijo decía hay que saber manera y hoy nadie quiere saber nada de nadie. Se desentiende. España no sabe ni contesta y ahí esa razzia cayucos que asuelan por el sur. Diez autobuses cargados de carne fresca llegan todas las semanas a Coslada desde Bucarest –Moscú-Sofía y Madrid es un barrio de Quito y un extrarradio de Kiev. ¿Mafias rusas decía usted? El enemigo está levantando gente ante nuestros propias narices. Pero se disfraza. Nada es lo es. Sólo apariencias. Presto presto, hay que desespañolizar España. No son rusas en realidad. Vayamos a la cabeza. El enemigo esgrime la bomba atómica de la que habló el tirano Mao en sus tiempos. Bomb people. Nos bombardean con desesperados y el enemigo acecha por todos los pasos de ronda mientras la Miramontes le hace propuestas indecorosas al jefe que llaman el Pulgas en el cuarto oscuro del archivo desparramate venga. Y se lo montaron dentro de un  cardex  fijate tú cosas del fetichismo nacional. Hay gente que le encanta fornicar dentro de un armario con membrete oficial.

 Uy no me hagas renegrones que no se entere mi marido. Esas sí que son putas follando a calzón quitado en los altos despachos del poder y los favores mujeres que se venden por un plato de lentejas o por un nivel.  Venga, tesorete, le dijo la Miramontes  combleza de los archivos al Pulgas, súbeme un nivel más. Y se lo subió vaya si se lo subió al punto de levantar la falda y desbraguetarse. Eso sí que es corrupción. Eso sí que es prostitución.  Y no las pobres meretrices de la calle la Ballesta sin comerse una rosca que trotan por las aceras ejerciendo el oficio más viejo del mundo como almas en pena.. Corrupsoe otra vez.

Tenían mono de moqueta y muchas ganas de volver a meter las manos en el cajón. El Pulgas entregó el archivo rindió la plaza a los catalanes y no hizo lo que debiera haber hecho un caballero dimitir o el hara kiri de los japoneses o la ampolla de cianuro de los nazis. Le han dado un carguete y se cree el monstruo de la archivística y a costa de los presupuestos mete a los amiguetes.  Archiveros archivística ¿una ciencia o el cuento la vieja? La repelenta Vicenta quiere darles empaque y estatus a los sepultureros de papel. A ver si se muere ya de una vez la puta vieja y deja de incordiar.

El amo está descontento sin embargo. Trotski iba a ser el gran heredero de la revolución rusa pero se cruzó Stalin de por medio que no era del clan y aquello es agua en un cesto pues lo mismo les ha pasado con Zapatero que les ha salido rana. Le criaron a sus pechos le dijeron ala venga – yo sé eso Manolo escúchame donde quiera que estés y ya te lo dije aquel día de muchas copas- tú a mandar nosotros te colocamos la bomba en el tren te ganamos las elecciones. En aquellos comicios sangrientos dejé de ir por el Gijón atestado de espías  y de gente muy desagradable en vísperas de la gran conjura. Más segura la barra del Kiss. Manolo era una especie de ángel guardián en la tribulación. Pasa contigo paisano, no te aflijas déjalo correr que se les coman las pirañas. Pero me olía la tostada desde que viajando en un tren de cercanías desde el Escorial a Atocha un sujeto que hablaba muy bien inglés con acento americano no hacía más que indagar y hacer preguntas sobre la línea y el trayecto e iba y venía por la jardinera de dos pisos. Vamos a iniciar nuestra reconquista. Tuve sed y salí corriendo escaleras arriba me ahogaba en busca de la paz y el aire de las acacias del Paseo de Recoletos. Tuvo una premonición de que algo malo iba a suceder. Mi garganta seca pedía vino de Salerno. Esto de estar atado al espíritu de la profecía no se lo deseo al mayor de mis enemigos; eres carne de dolor eres un elegido pero el Señor te juega malas pasadas. Manolo tuvo problemas desde entonces. Gallardón en repetidas ocasiones le cerró el chiringuito. Doña Aznara no le metió en la caja de los  presupuestos. Lo que queríamos en realidad era cazar alondras con cimbel pero el supuesto era algo difícil. Le precintaron el local lo menos tres veces. Oh Manolo bendita tu rebeldía. Te rebelaste contra tanta bazofia como nos rodea incluso entre la gente del bronce donde tampoco quedan señores. Tú eras uno de esos señores. El último mohicano quizás.

Ya sé que somos pulvis, cinis, nihil. Ceniza, polvo, nada pero yo creo que este asesinato no puede quedar impune. Fonso mi amigo el cerillas murió a causa de un atropello. Ahora me cuentan (lo encontraron frito en su apartamento) que ha muerto Manolo el pincerna del Kiss barra irlandesa psicodélicos decorados algo ajados porque se nos está haciendo vieja la movida. Niñas al salón y las sacerdotisas del gusto mano sobre mano. El Gijón al que un amigo mío tildó de mausoleo y en realidad era una especie de valle de los caídos en pequeño sin los evangelistas cabezones de Avalos y yo, para variar, me arrimé al burladero del Kiss  queriendo ver pasar la vida. Ya sus estores estaban bajados. Unos crian  el agua y otros cardan la lana. La prostitución se mueve por otros ámbitos y Manolo era un san luis gonzaga en el barrio más golfo de Madrid. ¿Han llegado irlandesas? Malahayan los proxenetas que cargan carne adolescente en los colegios de Moscú y San Petersburgo y las pasaportan gladiadoras del amor acá. Para echarla como carnaza a viejos verdes que toman viagra. Ya te lo dije una vez pero a ti te gustaba la vida en la frontera. Viviste sobre el filo de la navaja. The razor age. Hoy sales a la calle y te encuentras un templario y ni lo reconoces pero hay muchos jóvenes como el pobre Manolo que siguen adorando la cruz de Cristo in partibus infidelium. Cister. Temple y vinillo de la tierra cachis diez.

 Todos somos un poco culpables. Allá al fondo del pub habrá un poli haciendo la vista gorda. El crepúsculo de las ideologías, la muerte de Occidente, derribados nuestros dioses y mirad ahí que los titanes cansados bostezan todo su aburrimiento. Otra cañita y vomítame uno de tus pasodobles. Hago la agachadiza para no pasar por encontradizo a ver si me entono y le caliento a aquel baranda. Estoy seguro de que Dios ayudará Pondré a tus enemigos por escabel de tus pies. De momento sin embargo he aquí una nueva víctima. Y no de la violencia de género precisamente. Manolo era un defensor de mujeres un templario con la cabeza muy gallarda al que sólo pudieron tumbar a traición. Su muerte está pidiendo una investigación. Yo no me creo lo del infarto. Fue el veneno.   

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