libros de ocasión pedidos a bibliopolis@outlook.es "“los libros hacen libres a los que les quieren bien. Con ellos me consolé en la prisión que se me aparejaba y satisfice el hambre en un pedazo de pan conservado en una servilleta envuelta en un papel que traía un capítulo de alabanza al ayuno. ¡Oh libros, fieles consejeros, amigos sin adulación, despertadores del entendimiento, maestros del alma y gobernadores del cuerpo, guiones para bien vivir y centinelas del bien morir” VICENTE ESPINEL
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lunes, 16 de junio de 2025
ENTRE PINTO Y VALDEMORO
Por cuestiones familiares y por cierta querencia y amor que profeso a la Guardia Civil voy con frecuencia a Valdemoro histórico lugar donde estaba emplazado un castillo. Allí fue presa la princesa de Eboli. Es tierra seca de olivares, alguna huerta y secarrales, buen vino tenía en tiempo de los romanos y como su propio nombre indica estuvo bajo dominio árabe. Sin embargo Pinto al otro lado de la carretera de Andalucía era cristiano desde mucho antes y de ahí viene el refrán que define el carácter y la vida española de estar entre Pinto y Valdemoro esto es así, así. Ni fu ni fa. Hemos pasado sí pero con pelos en la gatera. En Valdemoro en su iglesia renacentista fue bautizado mi nieto mayor Mario y su hermana Laura. Mario es un crack de las matemáticas, ha terminado el curso con todas las notas sobresalientes, cumplirá los quince este año el día de Santiago y está en trámites para ser fichado como portero por un club de juveniles local.
A mi Lauri ─yo la llamo la princesita de Valdemoro─ cuando recibió las aguas del bautismos por un curita muy majo, la elevó ante el altar de la Virgen María.
Yo capté ese instante histórico en una foto y lo guardo en mis archivos de abuelo orgulloso.
Porque ambos nietos, acogidos de por vida bajo el manto de Nuestra Señora, serán bendecidos.
En el trasaltar de la iglesia de Valdemoro resplandecía un cuadro de san Felipe Neri atribuido a Goya y en el cancel se reclinaba, arrinconada e inservible, la melena de una campana que debió de ser enorme.
Sólo quedaba la leña, el bronce se fundió para fabricar balas en la guerra civil pues allí en esa iglesia que tenía esa campana gorda de un badajo poderoso cuyos sones al tocar a misa se oían hasta en Toledo me hubiera gustado tener mi cantemisa que nunca fue.
Así pues, entre Pinto y Valdemoro se casaron mis hijos Antonio y Marta. Y fue cristianada la prole que nos dieron. Como va dicho.
A la salida del pueblo había un arroyo que delimitaba la jurisdicción de ambos concejos.
Una noche ─ cuenta la leyenda─ venía un labrador a su hogar desde Pinto a Valdemoro, después de las fiestas de la Virgen del Rosario, y subía cargado de mosto y algo piripi, tras haber alternado con los de su cuadrilla.
Conque saltando de un lado al otro del rio se decía a sí mismo el beodo: “estoy en Pinto jijí”. O bien, “estoy en Valdemoro jajá” y ese es el origen del nombre morisco de la localidad.
Los españoles, ya digo, siempre andamos entre Pinto y Valdemoro. Así, así. Pasar pasamos pero con pelos en la gatera.
Es una especie de statu quo nacional.
Si te lo saltas, vienen los líos. Un pueblo con alcurnia hidalga pero de mucha mezcolanza, hijos de muchas leches, y harto aguerridos: con tres componentes étnicos o tres sangres. Cristianos, moros y judíos.
Los moros eran los currantes, los judíos los negociantes y los cristianos trabajadores de sol a sol y propietarios pero aquí los que mejor vivían los curas.
Pegabas un saltito como los de la comba, en Pinto. Pegabas otro y en Valdemoro pero ay de ti como perdieras el equilibrio. Caías de culo en el charco.
Efectivamente somos la nación del statu quo. No rompamos la baraja.
Paso corto vista larga y ojo al cristo que es de plata o bien ojos de halcón, paso de lobo y hacerse el lobo que dicen los de la Benemérita. Un sabio consejo de su fundador el Duque de Ahumada.
lunes, 16 de junio de 2025
viernes, 13 de junio de 2025
TRUMP NO FUE A VIETNAM Y NETANYAHU NO HIZO LA MILI POR SER HIJO DE VIUDA
SOY de la generación del 68 los que íbamos a las sentadas estudiantiles y nuestro grito preferido era:
─Make love no war
Recerdo que en la facuiltad de letras me hic e amigo de un neoyorquino de origen ucraniano matriculado en Filosofía que se “fumaba” casi todas las casas y el día que venía llegaba borracho o con resaca después de una noche de juerga. Se llamaba Boris.
─¿Por qué estás acá. Boris?
─I am here for the beer. I like Spanish señoritas. No quiero ir a Vietnam.
A la sazón los valientes soldados de Ho Chi Minh escondidos debajo de las piedras o en un ribazo del delta del Mekong les estaban dando pálpelo a los prepotentes gringos. Todos los días aterrizaban en las bases americanas aviones onerarios cargados de ataúdes de soldados caídos en combate. Nixon se enfrentó al Watergate que acabaría con su mandato y Johnson dimitió pero Trump… ¿Dónde estaba Trump en los 60? pues divirtiéndose en los spikiisis neoyorquinos y ganando mucho dinero con sus turbios negocios. El soborno (el tipo es un tramposo y no hay que fiarse de él) lo libro de ir a filas. ¡Qué casualidad! Ahora Trump se ha convertido en el presidente más abrasivo y belicoso de los USA. Con respecto a Netanyhahu, otro que tal. Su perfil no es nada castrense. Es hijo de un historiador sefardí que evolucionó a un sionismo sin contemplaciones. La tierra de Israel es nuestra. Nos la dio Dios. Humildemente creo que Jehová no se mete en tales cosas y debe de estar que trina en las alturas del Sinaí viendo cómo sus elegidos se dedican a degollar niños o a pelear con un enemigo tan fuerte como Irán el sucesor de Babilonia que siempre lo derrotó. Tipos como estos son deleznables. Organizan una guerra para que mueran otros. Se me olvidó Zelenski el más abominable de los tres
jueves, 12 de junio de 2025
EL ÚLTIMO SANTO DE LA CALLE LA BALLESTA
Antonio Parra
Mi
amigo Manolo el del “Kiss” murió el 15 de agosto en extrañas circunstancias un
eufemismo hoy muy al uso para esconder la pura realidad: me lo han matado. A
las mentes se me vienen estrofas del viejo romance que de noche lo mataron al
caballero la gala de Medina la flor de Olmedo. Era un tiarrón no demasiado alto
pero de un plexo solar que ya quisieran
para sí los que hacen calistenias y maceran su cuerpo en los gimnasios. Duro
como el pedernal con que trabajan los trilleros de Cantalejo. Se pasó la vida
detrás de una barra peligrosa ayudando a gente albergando arrecogidas y a
naufragos de la noche madrileña. Su vida fue un oasis en el desierto del
desamor. Un santo laico verdaderamente. El último justo moraba en la calle de
la Ballesta. Era uno de los últimos mesoneros de la tradición castellana,
regentaba un pub en el distrito centro. Un superviviente de aquellos sesentas
los años buenos la cordialidad en el corazón, siempre una palabra amiga. Elegí
su establecimiento porque el bar de Madrid donde se podía beber más a gusto y
estar más tranquilo incluso hasta altas horas de la madrugada. El barro de la
calle de dudoso nombre no nos salpicó nunca las cejas ni nuestros zapatos se
contaminaron de mierda a pesar de caminar entre el lodazal por donde ramblan
caídas las magdalenas. Éramos tres
espíritus puros: él, “Fosforito” el legionario al que llamábamos el puertas y
yo.
Nunca hubo pub en el mundo donde aquellos que
expulsados de todas las sinagogas de todas las iglesias de todos los coros pudiéramos
libar nuestras tristezas y apurar el cáliz de la soledad del dolor. Era un
tiarrón cuadrado de poderosa cabeza. El
medio en que se desenvolvía no le había corrompido. Si Manolo hubiera vivido en
la edad media hubiese sido un caballero prevenido en frontera. Y la verdad es
que tenía pinta de templario con su cruz reclinada a lo legionario sobre el
vello pecholobo de la camisa entreabierta. Aunque nacido y criado en la calle
Ave María provenía de una familia de tratantes de Cantalejo. Entendía la
gacería una especie de jerga que se habla en aquel pueblo de avispados
corremundos y donde el más tonto hace un cesto.
¿Qué
hay paisano cómo lo llevas? Tirandillo. A ciertas edades uno se descarta de
Venus y coquetea don Baco. Busco un lugar al sol para tender los trapos sucios
de mi dipsomanía. Manolo sub tuum
praesidium. Sí bajo tu protección nos colocamos. Ella velar, Virgen María.
Yo creo que Manolo era el último santo que amaba al prójimo en el centro de una
inmensa ciudad habitada por la hipocresía y los apriorismos asquerosos. En su
rostro algo canalla pero insobornable y que nunca salpicó el vicio que lo
rodeaba yo he visto escritas páginas del Evangelio. Ayer la luna de septiembre con
su menguante falciforme cuando me dieron la noticia de su muerte me preguntaba
: ¿Y tú qué hiciste con tus talentos? No los enterré en la arena, Señor. Y de
lo más profundo de mi alma salió un Réquiem por Manolo mientras la Miramontes
esa funcionaria esbirra o esbirra funcionaria me hace la señal del macho cabrío. Eh tú a la puta calle. Eres laboral. No tienes
papeles. No avasalles le recrimino a esta ninfa del cantón con las oposiciones
ganadas y muy de comunión diaria. La gente va a lo bestia atropellando. Un moro
cuando yo estaba en el Fijo decía hay que saber manera y hoy nadie quiere saber
nada de nadie. Se desentiende. España no sabe ni contesta y ahí esa razzia
cayucos que asuelan por el sur. Diez autobuses cargados de carne fresca llegan
todas las semanas a Coslada desde Bucarest –Moscú-Sofía y Madrid es un barrio
de Quito y un extrarradio de Kiev. ¿Mafias rusas decía usted? El enemigo está
levantando gente ante nuestros propias narices. Pero se disfraza. Nada es lo
es. Sólo apariencias. Presto presto, hay que desespañolizar España. No son
rusas en realidad. Vayamos a la cabeza. El enemigo esgrime la bomba atómica de
la que habló el tirano Mao en sus tiempos. Bomb
people. Nos bombardean con desesperados y el enemigo acecha por todos los
pasos de ronda mientras la Miramontes le hace propuestas indecorosas al jefe
que llaman el Pulgas en el cuarto oscuro del archivo desparramate venga. Y se
lo montaron dentro de un cardex fijate tú cosas del fetichismo nacional. Hay
gente que le encanta fornicar dentro de un armario con membrete oficial.
Uy no me hagas renegrones que no se entere mi
marido. Esas sí que son putas follando a calzón quitado en los altos despachos
del poder y los favores mujeres que se venden por un plato de lentejas o por un
nivel. Venga, tesorete, le dijo la Miramontes
combleza de los archivos al Pulgas, súbeme
un nivel más. Y se lo subió vaya si se lo subió al punto de levantar la falda y
desbraguetarse. Eso sí que es corrupción. Eso sí que es prostitución. Y no las pobres meretrices de la calle la
Ballesta sin comerse una rosca que trotan por las aceras ejerciendo el oficio
más viejo del mundo como almas en pena.. Corrupsoe otra vez.
Tenían
mono de moqueta y muchas ganas de volver a meter las manos en el cajón. El
Pulgas entregó el archivo rindió la plaza a los catalanes y no hizo lo que
debiera haber hecho un caballero dimitir o el hara kiri de los japoneses o la
ampolla de cianuro de los nazis. Le han dado un carguete y se cree el monstruo
de la archivística y a costa de los presupuestos mete a los amiguetes. Archiveros archivística ¿una ciencia o el
cuento la vieja? La repelenta Vicenta quiere darles empaque y estatus a los
sepultureros de papel. A ver si se muere ya de una vez la puta vieja y deja de
incordiar.
El
amo está descontento sin embargo. Trotski iba a ser el gran heredero de la
revolución rusa pero se cruzó Stalin de por medio que no era del clan y aquello
es agua en un cesto pues lo mismo les ha pasado con Zapatero que les ha salido
rana. Le criaron a sus pechos le dijeron ala venga – yo sé eso Manolo escúchame
donde quiera que estés y ya te lo dije aquel día de muchas copas- tú a mandar
nosotros te colocamos la bomba en el tren te ganamos las elecciones. En
aquellos comicios sangrientos dejé de ir por el Gijón atestado de espías y de gente muy desagradable en vísperas de la
gran conjura. Más segura la barra del Kiss. Manolo era una especie de ángel
guardián en la tribulación. Pasa contigo paisano, no te aflijas déjalo correr
que se les coman las pirañas. Pero me olía la tostada desde que viajando en un
tren de cercanías desde el Escorial a Atocha un sujeto que hablaba muy bien
inglés con acento americano no hacía más que indagar y hacer preguntas sobre la
línea y el trayecto e iba y venía por la jardinera de dos pisos. Vamos a
iniciar nuestra reconquista. Tuve sed y salí corriendo escaleras arriba me
ahogaba en busca de la paz y el aire de las acacias del Paseo de Recoletos.
Tuvo una premonición de que algo malo iba a suceder. Mi garganta seca pedía
vino de Salerno. Esto de estar atado al espíritu de la profecía no se lo deseo
al mayor de mis enemigos; eres carne de dolor eres un elegido pero el Señor te
juega malas pasadas. Manolo tuvo problemas desde entonces. Gallardón en
repetidas ocasiones le cerró el chiringuito. Doña Aznara no le metió en la caja
de los presupuestos. Lo que queríamos en
realidad era cazar alondras con cimbel pero el supuesto era algo difícil. Le
precintaron el local lo menos tres veces. Oh Manolo bendita tu rebeldía. Te
rebelaste contra tanta bazofia como nos rodea incluso entre la gente del bronce
donde tampoco quedan señores. Tú eras uno de esos señores. El último mohicano
quizás.
Ya
sé que somos pulvis, cinis, nihil. Ceniza, polvo, nada pero yo creo que este
asesinato no puede quedar impune. Fonso mi amigo el cerillas murió a causa de
un atropello. Ahora me cuentan (lo encontraron frito en su apartamento) que ha
muerto Manolo el pincerna del Kiss barra irlandesa psicodélicos decorados algo
ajados porque se nos está haciendo vieja la movida. Niñas al salón y las
sacerdotisas del gusto mano sobre mano. El Gijón al que un amigo mío tildó de
mausoleo y en realidad era una especie de valle de los caídos en pequeño sin
los evangelistas cabezones de Avalos y yo, para variar, me arrimé al burladero
del Kiss queriendo ver pasar la vida. Ya
sus estores estaban bajados. Unos crian
el agua y otros cardan la lana. La prostitución se mueve por otros
ámbitos y Manolo era un san luis gonzaga en el barrio más golfo de Madrid. ¿Han
llegado irlandesas? Malahayan los proxenetas que cargan carne adolescente en
los colegios de Moscú y San Petersburgo y las pasaportan gladiadoras del amor
acá. Para echarla como carnaza a viejos verdes que toman viagra. Ya te lo dije
una vez pero a ti te gustaba la vida en la frontera. Viviste sobre el filo de
la navaja. The razor age. Hoy sales a
la calle y te encuentras un templario y ni lo reconoces pero hay muchos jóvenes
como el pobre Manolo que siguen adorando la cruz de Cristo in partibus
infidelium. Cister. Temple y vinillo de la tierra cachis diez.
Todos somos un poco culpables. Allá al fondo
del pub habrá un poli haciendo la vista gorda. El crepúsculo de las ideologías,
la muerte de Occidente, derribados nuestros dioses y mirad ahí que los titanes
cansados bostezan todo su aburrimiento. Otra cañita y vomítame uno de tus
pasodobles. Hago la agachadiza para no pasar por encontradizo a ver si me entono
y le caliento a aquel baranda. Estoy seguro de que Dios ayudará Pondré a tus
enemigos por escabel de tus pies. De momento sin embargo he aquí una nueva
víctima. Y no de la violencia de género precisamente. Manolo era un defensor de
mujeres un templario con la cabeza muy gallarda al que sólo pudieron tumbar a
traición. Su muerte está pidiendo una investigación. Yo no me creo lo del
infarto. Fue el veneno.
miércoles, 11 de junio de 2025
DIA DE RECONCILIACIÓN Y DE PERDÓN SOPLA CUANDO QUIERE Y COMO QUERE EL ESPIRITU SANTO
DOCE DE JUNIO OCHENTA Y UN AÑOS CUMPLIDOS Y CELEBRADOS CON MIS HIJAS MI HERMANO MIS DOS NIETAS MI MUJER Y NUESTRA CUÑADA ELISA
Doce de junio
81 años
Como transcurre el tiempo
Sin pensarlo
Baja la arena
Por la clepsidra de los años
Yo me reconcilio con mi hermano
Hago una gran fiesta
De soplillos y tortillas
Un poco de sidrina
Y quedamos hartos
Recordando aquellos días
De la infancia
En san Valentín
Número cuatro
Puerta del Socorro
El corral de los huesos
Cementerio israelita
El pozo y el rio Clamores
─lo llamábamos el “mierdero”─
Que besaba los muros del Alcázar
Camino de San Pedro Abanto
lo cantos de aquel cojo
cojitranco
una oración por las Ánimas benditas
De aquel tiempo
Cuya es esta foto
Vino papá del cuartel
En aquel Mercedes
Detrás de nosotros
Ese alegre furriel
Tiempo cruel
Infancia bendita
Que vivimos
Al pie de la muralla romana
Adarve y sillares
Esculpidos
Con un nombre Juvenal Juvenalis
y cipreses
Y chirrido de los vencejos
En la Hontanilla
Las brisas que venían
Oliendo a pan caliente
Del cuartel de Santispiritus
Tía María tía María como
Huele a pan caliente
Deme usted un corrusquito
Para mojarlo en aguardiente
Así transcurrió
Hermano nuestra niñez castrense
Desfiles y banderas
Y aquel petate
Que traía el machacante de papa
El Tuercebotas
A las costillas
Lleno de chuscos
Para repartir entre nuestros vecinos
Que pasaron hambre y fatigas
Por pertenecer al bando contrario
Papá sin ser de derechas
Había peleado con Franco
Y nosotros no lo olvides, hermano
Javi,
Fuimos los vencedores
Con un gesto magnánimo
De perdón y una sonrisa
Y un chusco del cuartel
Para matar el hambre
Este es el mensaje
Que esta foto me revela
De una infancia que se fue
Demos gracias a Dios
Por haber vivido
La virgen del Henar y la Fuencisla
Nos arropen con su manto
11/06/2025
martes, 10 de junio de 2025
martes, 10 de junio de 2025
lunes, 9 de junio de 2025
BECQUER VIAJA A VERUELA
Bécquer en el monasterio de Veruela
Un día de la primavera de 1863 tomé en la estación de Delicias el tren de
Ariza. Aragón era un vergel. El ruiseñor cantor anidaba entre las ramas
de los piescales a los que la primavera había vestido con la purpura
cardenalicia.
Nuestro
vagón iba atestado de baturros calzón de media anqueta el cachirulo de yerbas
en la frente. Y de peregrinos madrileños que iban al Pilar por promesa.
Sonaban
aires de jota en el siguiente vagón del convoy donde una batería de artilleros
marchaba camino del frente del MAESTRAZGO. Iba a luchar contra los facciosos de
Zumalacárregui y sus bandas carlistas.
En
nuestro compartimento un cura rezaba el breviario o hacía
que farfullaba preces en latín, terciado
el balandrán, los ojos puestos sobre una moza que acababa de entrar en el
compartimento llevando una inmensa cesta de huevos a la cadera.
La teja del cura o gorro eclesiástico
ocupaba buena parte del testel de equipaje.
Descendió al anden en Agreda donde
era esperado por el sacristán de su parroquia, y una oronda maña con el
garbo de la tierra en los andares de las hembras aragonesas y una monaguillo
que era tan parecido a él que los ingleses dirían que era su spitting image.
seguro que aquel cura era su padre,
Un
joven sevillano estaba en frente de mí; ojos ardientes melena y perilla se
sentaba en el rincón de la ventanilla no podían ser sus ojos más soñadores. Era
Gustavo Adolfo Bécquer. No habló en todo el trayecto, miraba el paisaje.
De vez en cuando sacaba un prontuario que escondía entre su manta de viaje y
apuntaba alguna palabra o una frase feliz alguna ocurrencia de sus compañeros
de ruta.
No pude
distinguir el tenor de aquellas notas pero observé que pintaba en su cuaderno
de campo el rostro del cura, la cabeza romana del labrador del cachirulo y
fuertes pantorrillas o la figura esbelta de la joven que nos dijo ser esposa de
un militar de Zaragoza.
Cuando
le ofrecieron beber vino de la tierra lo desdeñó con mucha elegancia. Luego
supimos que aquel joven de aspecto tan señorial y elegante marchaba a un
balneario de Borja a tomar las aguas termales.
Luego
cayó en lánguido mutismo soportando las cuchufletas de los acompañantes, las torvas
miradas del cura y las agresividades de un seminarista de Zaragoza que plantaba
su pierna indecorosamente al lado de la lady pues la mujer del militar era
inglesa. Tampoco se quejó de los baches y las incomodidades de la tartana
por camino de herradura, que hubimos de tomar en Tudela.
Veinte
leguas en carne mortal hasta Cariñena pero al fin llegamos con el cuerpo
dolorido a causa del traqueteo, los reniegos y blasfemias del delantero y
hartos del cante y del vino áspero de Cariñena que dicen que es garantía de
salud y resucita a los muertos.
El
poeta tosía con frecuencia. Acaso era este el motivo de su tristeza el de su
precaria salud. Posamos en una fonda de la capital del Somontano y al día
siguiente, de amanecida, enganchamos la riata de la posta (seis pares de mulas,
un arriero que ya de madrugada se había tomado sus traguillos de aguardiente) y
recorrimos las siete leguas que separan dicha población de Veruela.
El
lugar es un recóndito paraíso escondido en un fértil valle entre montañas donde
se alza uno de los primeros conventos cistercienses edificado en el siglo XII
por el conde don PEDRO ATARES y dedicado a la Virgen María