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lunes, 8 de diciembre de 2014

murio la santa


 
 
 
HA MUERTO LUISA LA DE SOTO DE LUIÑA

Vísperas de la Inmaculada breves días entrañables decembrinos, se acerca la navidad, San Nicolás sube y baja por la chimenea del el saco cargado de sorpresas, unos vienen y otros van.

Bajo al pueblo y me encuentro con un funeral. Ha muerto Luisa la “santa” y algo santa maguer que digan que de dinero y santidad “la metá de la metá” sí que debía de ser. No me consta que hiciera milagros pero gran devota de Nuestra Señora consiguió mantener en el pueblo la tradición del santo rosario una devoción puesta en entredicho por las innovaciones litúrgicas a raíz del Concilio. Todas las tardes a las seis ella lo dirigía desde el banco de la hermosa catedralina rural de sólidos responsiones o contrafuertes románicos cabe el retablo barroco del árbol de Jetsé y yo bajaba a Soto en bicicleta aquella temporada que me vi morir porque estaba tan malo (a Luisa le dedico un capítulo de mi último libro porque pienso que el Rosario que inventara un dominico del burgalés Caleruega conjura las fuerzas del mal pese a su sencillez repetitiva conforme al hesicasmo de los padres del yermo que nos enseñaron a dirigirnos al sumo bien mediante mantras. El diablo no sosiega ni duerme pero se para en barras cuando oye cantar avemarías.

La Mujer calzada de luna y vestida de sol aplastará la cabeza del dragón. Esto es una profecía, no tener miedo a decir la verdad, amigos. Satanás se revuelve contra las cuentas del rosario y tiembla más que a la vista del agua bendita. Es el mejor exorcismo ahora que el Príncipe de la Mentira (666 La Hora de la Bestia, lean este texto del que suscribe esta carta a la directora de mi querida LNE) mejor que una tenida con el padre Fortea, por ejemplo ahora que está tan de moda esos embelecos de película; no hay que hacer mucho caso de la niña del exorcista sino ser humildes y ser mejores más caritativos unos con otros. No obsesionarse.

Recen a Nuestra Señora. La Virgen dicen de los cartujos suele visitar a estos monjes que crían callos en los dedos de tanto rezar padrenuestros y pasar dieces en la hora de la muerte por lo que pienso que la muerte de Luisa la “santa” en fecha tan señalada probablemente ha sido un signo de bienaventuranza. Se ha ido cargada de virtudes y de años (tres le faltaban para ser centenaria) ella mantuvo en  este bello pueblo del concejo cudillerense la devoción marial. Murmuro una oración española en latín que se cantaba en las iglesias al final del oficio al terminar la novena. Somos un pueblo concepcionista fascinado por la grandeza de la Simpecado:

In cenceptione tua inmaculata fuisti

Da mihi, Virgo sacrata, virtutem

Contra hostes tuos” (fuiste concebida sin mancha, oh Virgen Sagrada, inspirame virtud para opugnar a los que te maldicen)

Descanse en paz Luisa la santa. Yo no sé cómo se llamaba pero me inspiró su bondad algunas ideas memorables.

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