NEGANDO AL CRISTIANISMO. DEL CRISTOCENTRISMO AL CAOS
Helenparra-hugh@terra.es
El mundo para bien o para mal se ha desarrollado en torno a un eje, o lo que los padres griegos denominaban “onkolos”(ombligo): La resurrección como rueda central, en torno a la cual se desarrolla la Historia. Ahora nuevas y poderosísimas fuerzas, cuya descripción y enumeración no hace al caso, pretenden cortar ese cordón umbilical, el agarradero más fuerte al que se asía el hombre mortal que antes de la revelación desconocía su origen, su finalidad, cruzado el rubicón de la muerte, abierta la cancela del Más Allá, y el propósito de toda existencia humana, en el paroxismo de sus dolores, aflicciones múltiples, injusticias, desigualdades y la propia brevedad de su estancia en la tierra, pero que Él con su muerte y pasión dio un sentido y una explicación a los grandes enigmas de todas las religiones mistéricas.
Este desplazamiento del cristocentrismo hacia imperativos más seculares es motivo de grandes angustias del corazón humano, ya que las mentes están siendo manipuladas como no lo fueron nunca en el pasado al rebufo de los grandes planteamientos mediáticos, de la coacción del dinero y de un mundo “feliz” que vive amargado y supercontrolado por los grandes comisarios, los vigilantes de la parva, los veedores del engranaje en situación.
La negación de Cristo ha determinado que muchos hombres, en detrimento de su dignidad pergeñada para los valores eternos, se sientan verdaderos gusanos, hormigas consumistas, ovejas del gran rebaño vigilados por el Gran Carnero, tristones, mal encarados, recelosos unos de otros, suspicaces, cunde el mal ambiente en todos sitios pues en España sobre todo se hizo realidad la máxima rousseuniana de “homo homini lupus”. Miras al cielo. Ves planear a las maternales cigüeñas y crees que son buitres que anidan en los campanarios. Falta trabajo para nosotros y las pateras siguen llegando, los pensionistas se alimentan de los cubos de la basura.
Una española casada con un argelino que no quiso ser mora me decía el otro día que toda esta gente que llega y se acomoda en nuestra patria es demostración probatoria de la existencia de Cristo y que la religión cristiana es la más perfecta. En cualquier país árabe los echarían al mar. En Israel país democrático y de las libertades uno que quiera emigrar tendrá que probar sus antepasados hasta la tercera generación. Y en España, una nación católica y centralidad del cristianismo, no se le cierra la puerta a nadie por más que nos angustie el futuro y estemos preocupados por nuestros hijos.
Cristo no es sólo la verdad. Es también la vida y ni la verdad y la vida se niegan a nadie. Pero nos cerca la mentira y la impostura y la apostasía van en aumento. Las grandes ciudades parecen superpobladas por autómatas.
Has de seguir por el carril que yo mando, pensar lo que yo pienso, hacer lo que yo digo. No tienes ningún derecho a reír ni a pensar.
Es evidente que han vuelto los inquisidores. Para ellos toda la teología es una engañifa. El evangelio es una patraña oriental poblada de contradicciones y de anacronismos. En parte no les falta una miaja de razón a nuestros cómodos detractores. En los sinópticos, libros misteriosos, escritos no desde la razón, sino desde el corazón y donde abundan los sortilegios, las palabras mágicas y los saltos hacia delante y hacia atrás, no se percibe una cohesión narrativa, a excepción de las secuencias finales de la pasión y los evangelistas pasan por el acontecimiento mayor que ha vivido el genero humano: La resurrección del Salvador como de puntillas. Lo despachan en menos de dos versículos.
Tal pobreza de detalles exasperaba a Renán y hoy surgen por todas las partes discípulos o pedisecuos del gran exegeta galo. Tales apariencias y visiones de los que aparece en superficie (y en realidad los hechos de las experiencias y las vivencias y creencias de nuestro aporte vital hacen que pensar que Satanás camina sobre las aguas, pues todos sabemos que el Enemigo Antiguo o ángel del Mal posee dones taumatúrgicos lo que exacerba su capacidad de engañar) pero no vemos lo que se mueve por debajo del semblante de la tempestad avalado por la promesa de que Él no nos fallará. “Estaré con vosotros hasta el final de los tiempos”. Y esos otros no son los que se dan muchos golpes de pecho y mucho pésame, señor. Ni Lefevre ni Williamson y otros integristas que en silva de varia lección a porrazo limpio con los vaticanistas y los amantes de la letra muerta. El humo de Satanás, se lamentaba el pobre Pablo VI pero yo en esta confusión de los neo apocalípticos (Castellani, los adventistas del séptimo día y ese profetismo morboso que evidencia signos de inestabilidad mentalidad) en pugna con los neo coms observo el reato que hay que pagar por los pecados de la iglesia oficial la de Roma en particular a lo largo de milenios. Su protervia y su soberbia que les hace pensar que se encuentran en posesión de la verdad.
Me descorazonan los anatemas y siempre me horrorizaron los inquisidores los que se arrogan el privilegio de hablar en nombre de la divinidad. Hoy los medios de comunicación han dejado de cumplir su función primordial y se han convertido en instrumentos de provocación. Acaso una treta más de la Bestia. No desearía caer en el garlito ni en la tentación del antisemitismo como advertía muy bien el patriarca Alexei II de feliz recordación pero cuando Israel se comporta como un Herodes vulgar y se entrega a matanzas de niños palestinos no nos queda otro remedio que reprobar esa conducta aún a costa de remar contra corriente y que los alanos de nuestra derecha española sionista hasta el fanatismo nos anoten: Los copleros de la Jope-Herrera en la Ondacero libertades irredentas digitales, gatos al agua y tertulianos venales y otros muchos punto com. Para mí Israel es palabra sagrada salvoconducto de liberación del tiempo de la promesa pues siempre he creído en el buen judío y soy devoto de San Nicodemus y de San José de Arimatea.
Forofo soy de los apóstoles rudos pescadores galileos y en la devoción a la Blanca Paloma, Vara de Jestsé, La doncella de Nazareth, tengo puesta mi esperanza desde niño pero tales fervores hacia la parte divina del pueblo elegido-hasta setenta veces peca el justo- y amo a Israel porque fue siempre perseguido y yo sé muy bien lo que significa ser perseguido. Que te designen con el dedo y digan ese. A por él.
Ahora bien español soy hasta la gola que siempre la libertad fue española y como escritor y como hombre que ha vagado por los amplios campos del pensamiento y a partir de la base de lo que decía Costa sobre el pensamiento, que no delinque, siempre nos ponen los pelos de punta los tabúes y como archivero diré que un lamentable hecho histórico- todos sufrimos, todos hemos sido perseguidos, la sombra de Caín se proyecta sobre la humanidad que avanza y retrocede en su camino y hay tiranos y magnicidios y deicidios y genocidios- sea elevado a la categoría de dogma inexorable. La hoguera está servida porque han regresado los inquisidores disfrazados con máscara nueva. Ahora os toca a vosotros majos torraros las nalgas en el brasero.
Y también la polémica orquestada por los Medios de Provocación y sus funcionarios de la Verdad. Pues bueno. Estos días no hago otra cosa que acordarme del proceso a Galileo:
- Galileo Galilei, hijo de Galileo, ¿juras que la tierra es cuadrada?
- Es redonda, monseñor.
- Pues entonces… a la cámara de gas.
- Un momento. Será cuadrada si VM lo dice.
Y el descubridor de la redondez del globo terráqueo, poco entusiasta con la idea del martirio, tuvo que llamarse a andana y abjurar de sus postulados probados científicamente. Quería solamente salvar el pellejo. Muchos medrosos en esta hora siguen los pasos de Galileo Galilei por más que el asunto del Monotema que parece querer poner la historia del revés les parezca impresentable.
No valen maulas con el Tribunal de la Fe. Galileo Galilei padeció persecución por la justicia y desde sus postulados cristocéntricos se estaba adelantando a su tiempo. Era un hombre honesto como se dice hoy en día. La parodia de su rocambolesco proceso nos hace pensar en los turbulentos tiempos que vivimos cuando Jesús Nazareth es un estorbo a los globales o se utilizan sus palabras o se mal interpretan, sin seguir su sagrado ejemplo, para lanzarse tierra unos a otros. Unos lo niegan rotundamente. Otros lo utilizan como pliego de descargo en defensa de sus prerrogativas o de sus viejas exenciones conculcadas.
Es el drama y la grandeza de la religión por Él fundada: que hay que volver la otra mejilla y pagar todo el mal que nos hacen con todo el bien del que seamos capaces. Este espíritu de la iglesia de las catacumbas de la iglesia del silencio ha obrado el milagro de sus dos mil años de existencia.
- Sálvanos, Señor. Que perecemos.
Arrecia la borrasca y nuestros barcos tienen abiertas vías de agua en manga y en eslora. Navegamos sin rumbo e izadas las velas pero Tú estás ahí en el puente o en el sollado bregando rumbo y marcando pauta. Aunque te hagas el dormido en la nave mientras nosotros amarrados al remo vacilamos ante la tempestad, cómitres desesperados
Quieren echarte de la historia los nuevos inquisidores. Oh generación incrédula e inicua creo que no lo conseguirán. Mientras tanto seguiremos abrazados los perseguidos y calumniados a nuestro palo mayor que es el árbol de la cruz. Tenemos que rezar por los que nos persiguen y nos escupen en el rostro. Incluso cabe la posibilidad de que los que nos saquen a flote no sean los pontífices ni los obispos sino ese pobre diacono, eremita urbano, que devana en el tren las cuentas de su rosario, no sabe donde ir y entra en una taberna y allí providencialmente encuentra a una morisca que conoció los baños de Argel como Cervantes y le habla de Cristo, nuestra ancora de salvación y nuestra promesa. El gran alfaqueque. Rescatador de todos nosotros pecadores.
O el humilde monje que canta maitines en la madrugada helada de un monasterio de Siberia. Fluya la gracia pero sepan cuantos que sus caminos no son nuestros caminos ni su vara de medir nuestra vara de medir.
sábado, 28 de febrero de 2009
libros de ocasión pedidos a bibliopolis@outlook.es "“los libros hacen libres a los que les quieren bien. Con ellos me consolé en la prisión que se me aparejaba y satisfice el hambre en un pedazo de pan conservado en una servilleta envuelta en un papel que traía un capítulo de alabanza al ayuno. ¡Oh libros, fieles consejeros, amigos sin adulación, despertadores del entendimiento, maestros del alma y gobernadores del cuerpo, guiones para bien vivir y centinelas del bien morir” VICENTE ESPINEL